Archivo Histórico

De campesino a guerrillero: Florencio «El Güero» Medrano

Mural de Florencio Medrano. Autor desconocido.

Una herida de arma de fuego segó la vida de Florencio Medrano el 26 de marzo de 1979. Figura importante de la guerrilla mexicana de los años 70 fue un tenaz organizador de invasiones de tierras, apasionado admirador de Mao Tse-Tung y estratega revolucionario. Los que lo conocieron aún evocan su sencillez, por su habla coloquial en la que no cabían recovecos; era directo, así como lo tuvo que ser en su vida.

Florencio nació el 27 de octubre de 1945 en Limón Grande, Guerrero. Hijo de campesinos, se forjó en el trabajo duro y la privación de derechos básicos desde niño, como es el comer. Su papá se llamaba Ángel Medrano Núñez y su mamá Joaquina Mederos Ocampo. Tenía siete hermanos: Alfonso, Petra, Paula, Leonor, Juana, Primo y Pedro.

Siendo un adolescente migró con su familia a Tlatlaya, estado de México, aquí se encontró con la violencia de los terratenientes que estaban coludidos con autoridades gubernamentales. Con sólo 15 años, Florencio se unió a un grupo de campesinos que demandaba la creación de ejidos. La represión lo obligó a separarse de su familia y fue así como llegó a vivir a la colonia Antonio Barona, en Cuernavaca, Morelos.

Posteriormente migró al Distrito Federal, donde buscó trabajo sin saber leer. Por unos días empujó un carrito de frutas en el mercado de La Merced, luego regresó a Cuernavaca, donde trabajó como aprendiz de albañil. A la edad de 18 años, obligado por la necesidad de conseguir una mejor fuente de ingresos, se dio de alta en el Ejército. Fue en esta institución donde aprendió a leer y escribir. Meses después se dio de baja porque no estaba de acuerdo con los reglamentos militares. Entonces comenzó a trabajar como vendedor ambulante de artesanías, recorría las calles de Cuernavaca ofreciendo sus productos.

En esa ciudad, Florencio estrechó lazos de amistad con el comunista Rafael Equihua Palomares. A través de él fue como Florencio se relacionó con una célula del Partido Revolucionario del Proletariado Mexicano (PRPM). De esta manera, comenzó su proceso de politización, que dio sentido a su radicalización producto de sus experiencias de vida –pobreza, despojo y represión–. Los elementos ideológicos que adquirió Florencio, fueron aprendidos en los círculos de estudio del PRPM. Así empezó su militancia formal, política e ideológica, reforzada por la formación política y militar que recibió en 1969 en la República Popular China.

Cuando Florencio regresó a México, aplicó entre el campesinado los conocimientos que adquirió en el coloso asiático. Recorrió junto a sus camaradas del PRPM comunidades rurales de Morelos y Guerrero. Realmente se desempeñó como un protagonista que fue tomando cotidianamente el pulso del movimiento campesino, de sus circunstancias y posibilidades.

En marzo de 1970 fueron detenidos los dirigentes del PRPM y por ello Florencio se la pasó huyendo de la policía política. Durante 1971 y 1972 se refugió con ejidatarios de Acatlipa, Morelos. En este lugar se dedicó a trabajar de albañil y a cortar rosas. A su vez, empujó un carrito para vender hot dogs en el centro histórico de Cuernavaca.

Florencio traía en el bolsillo el Libro rojo, de Mao, y con él predicaba. Con un estilo bíblico llevaba la palabra del líder comunista chino a jóvenes y adultos de Cuernavaca y Acatlipa. En estos lugares se formaron grupos y se hicieron amistades. Al darse cuenta de la necesidad de terrenos para vivir, planearon la invasión de tierras en lo que estaba destinado a ser el fraccionamiento Villa de las Flores, en Temixco, Morelos.

El 31 de marzo de 1973, Florencio dirigió a un grupo de campesinos para invadir los terrenos. Fue así como fundaron la colonia proletaria Rubén Jaramillo, fundamentada en ideas maoístas. Este proyecto autogestivo se caracterizó por la activa participación de los colonos en las asambleas, en las que se rindieron informes y se elaboraron una serie de normas que fueron consensadas por la mayoría.

Sin embargo, este proyecto fue interrumpido el 28 de septiembre de 1973, cuando tropas de la XXIV Zona Militar y agentes de la Dirección de Seguridad Pública del estado de Morelos reprimieron y ocuparon la colonia Rubén Jaramillo. Fue así como Florencio y algunos de sus simpatizantes, orillados por la represión y persecución, no tuvieron otra opción que operar en la clandestinidad. Poco tiempo después decidieron formar el Partido Proletario Unido de América (PPUA), con el cual comenzaron la lucha armada para defenderse y enfrentar al gobierno mexicano.

Florencio ya no volvería a pisar la colonia Rubén Jaramillo, partió a la sierra de Oaxaca a hacer la guerra popular. La gente que lo conoció le sigue recordando cariñosamente como El Güero.

* Historiador de la UMSNH y autor del libro El poder viene del fusil

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