Opinión

La transición de la 4T, que no puede ser desaprovechada

Foto: Morena Blogspot.

Por Fernando Rosique – Sin lugar a duda, México se encuentra en franca transición. Los grandes y anhelados cambios no se darán de manera automática ni por voluntad; se trata de asuntos más profundos y complicados: pobreza, desigualdad, injusticia, corrupción, entre otros. Modificar las estructuras sociales que nos han llevado a un “atolladero” tomará tiempo, esfuerzo y sobre todo visión de país y compromiso hacia quienes más han sufrido o sufren de las injusticias de un sistema a los que algunos anhelan regresar con ahínco pues fueron beneficiados por las políticas neoliberales.

Estos tres años de gobierno no han sido fáciles. Se ha notado una resistencia burocrático-política a los cambios y reformas impulsadas por el gobierno de López Obrador. Algunos casos emblemáticos son la reducción de salarios a la alta burocracia y la redirección de los presupuestos a programas de apoyo social. Ambas son propuestas a las que, en principio, nadie se opondría; no obstante, han provocado una hecatombe en los discursos de una oposición cada vez más extraviada ideológicamente, llegando incluso a la rabia.

Es emblemático el esfuerzo desempeñado para que a través de los apoyos sociales se traten de mitigar las desigualdades. Sin embargo, se tienen que apuntalar dichos apoyos para que, de manera efectiva, se conviertan en movilidad social. Por ejemplo, Jóvenes Construyendo Futuro vincula a las juventudes con el mundo del trabajo a través de un subsidio gubernamental para que empresas privadas brinden capacitación, pero ¿Qué porcentaje de jóvenes verdaderamente son recontratados por las empresas, organizaciones o incluso por la propia administración pública?

Habrá que tomar en cuenta que, para realmente modificar las estructuras, se deben crear las condiciones para la movilidad social; así será palpable la posibilidad de una Cuarta Transformación, pues el empleo está vinculado al ingreso, el ingreso a su vez al consumo, el consumo a la producción e inversión, pero también, y mucho más importante, al bienestar.

Algo semejante ocurre con la recuperación de los sectores productivos estratégicos por parte del Estado, pues el gobierno está resuelto a fortalecer la producción petrolera y a PEMEX, prueba de ello es la construcción de la refinería de Dos Bocas. Aunque tendría que decantarse por una fuerte inversión en las refinerías ya existentes para dejar de depender de las gasolinas extranjeras, ello sería una política energética acertada y soberana.

De la misma forma, se tendría que implementar una política de investigación en tecnologías y desarrollo de energías limpias, la transición no será inmediata ni mucho menos una realidad en el corto plazo, pero no se contraponen el fortalecimiento petrolero y el desarrollo de energías alternativas.

En lo político, después de la elección intermedia de 2021, en la cual se renovó la Cámara de Diputados, Morena se posiciona como un partido dominante, pero no hegemónico. A pesar de los triunfos electorales, es sano cuestionar la falta de articulación de las luchas sociales existentes, independientemente del debate entre la forma de partido-movimiento o partido institucionalizado. Este tema, pese a ser de carácter interno, muchas veces es percibido por la población. ¿Somos o no somos de izquierdas?

El Zócalo en mítin de AMLO. Foto: SDP Noticias.

Con esto no afirmo que se debería tener un núcleo ideológico cerrado o un dogmatismo abnegado, sino que la pluralidad democrática interna debería tener sus cauces bien definidos para desahogar las diferencias y concretarse en propuestas concretas, lo cual coadyuvaría a fijarse metas comunes para el crecimiento político y de concientización sociohistórica, a lo cual se suma el papel electoral de un partido político.

Por otro lado, la construcción de la gobernabilidad democrática ya no se encuentra bajo el viejo esquema de un partido hegemónico; en eso hemos avanzado paulatinamente, pero a paso firme y hoy la realidad política es diversa: se tienen que construir consensos.

Sin embargo, este proceso de transición se topa con muchos intereses creados al grado de generarse situaciones o connatos de boicot. Algunos le dicen “golpe blando” y se refleja en una guerrilla comunicacional sin cuartel.

Aquí la oposición apela a la inmediatez y la corta memoria auspiciada por el bombardeo de información en las redes sociales y los medios de comunicación para contravenir lo que hace el gobierno, pero ¿y la propuesta opositora cuál es? No hay. Se ha perdido la creatividad y la inventiva política.

En consecuencia, en estos tiempos la caja de pandora está abierta, donde salen a pasear ángeles y demonios; las sombras de la ultraderecha obtienen sus rostros y VOX, pero también las ideas progresistas no logran concretarse cuando los reclamos populares muchas veces saltan en nuestras narices.

Editor

Medio independiente de noticias relacionadas con la Cuarta Transformación de México.

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