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Por acciones y declaraciones racistas de Greg Abbott, México retira negocio a Texas para dárselo a Nuevo México

En semanas pasadas el gobernador de Texas, Greg Abbot, optó por aplicar medidas politiqueras orientadas a llamar la atención con vistas a las elecciones para gobernador de ese Estado, en las que pretende lanzarse como candidato por tercera vez, privilegiando sus intereses personales sobre los del comercio internacional, perjudicando a cientos de empresas y miles de personas en ambos lados dela frontera.

Montado en un discurso de odio y racismo hacia los migrantes que pasan a su país, quienes colaboran con su trabajo para enriquecer empresarios corruptos que los explotan y los maltratan, pero que son indispensables para seguir manteniendo la economía de los Estados Unidos, este sujeto irresponsable aplicó medidas que detuvieron el transporte de mercancías hacia su Estado, con la excusa de buscar migrantes en los camiones sin resultado alguno, provocando pérdidas por más de 4 mil millones de dólares a empresas estadunidenses y mexicanas, además de entorpecer el comercio internacional y violar el espíritu del tratado comercial de Norteamérica.

Uno de los 36 grandes proyectos de infraestructura pública impulsados por el gobierno mexicano para atraer inversión privada, que se conoce poco por no haber recibido publicidad, es el Corredor T-MEC, que consiste en construir un tren para conectar al mercado asiático con América del Norte desde Mazatlan, Sinaloa en el océano Pacífico hasta la ciudad de Winnipeg en la provincia de Manitoba que se ubica al centro de Canadá, atravesando todo el territorio estadounidense de Sur a Norte.

Este corredor será, como el interoceánico, uno de los centros neurálgicos del comercio mundial que atraerá fuertes cantidades de inversión privada en los 3 países norteamericanos, y detonará las economías locales de los estados por los que atraviese.

Originalmente el proyecto había sido planeado para salir del puerto de Mazatlán en Sinaloa para llegar hasta Texas y pasar por ese estado hacia el Norte, atravesando todo el territorio estadounidense en línea recta hasta Winnipeg en Canadá. Sin embargo, el Gobierno de México decidió modificar esta ruta para evitar presiones políticas sobre el proyecto.

Por esta razón, México decidió rediseñar el trayecto del Corredor T-MEC quitándole el negocio a Texas para evitar que la politiquería barata de Abbot perjudique el proyecto, y entregárselo a Nuevo México, cuyas autoridades están encantadas con su suerte porque beneficios principales de inversión alrededor del proyecto serán captados por la economía de ese estado, generando riqueza y bienestar para sus habitantes, cosa que podría haber sucedido a los texanos si su actual gobernador hubiese actuado con calidad de estadista, en lugar de hacerlo como un politiquero patán e irresponsable.

De esta manera el gobierno de México vuelve a dejar claro, como lo está haciendo en otros proyectos, que no va a admitir o a permitir que las politiquerías de candidatos racistas afecten a los mexicanos, que no va a premiar actitudes xenófobas en contra de los migrantes, ni medidas unilaterales perjudiciales para intercambio comercial con sus socios de Norteamérica.

A ver cómo le va al gobernador Abbot en su elección de noviembre, cuando tenga que pedir el voto de 11.5 millones de hispanos que integran el 50% de la población texana. Suerte gobernador.

Fuente SinLínea

Editor

Medio independiente de noticias relacionadas con la Cuarta Transformación de México.

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