Coahuila

Las obras de Miguel Ángel Riquelme, entre el derroche y el abandono

Las obras públicas prometidas por la administración priista en Coahuila están lejos de cumplirse. Las prisas llevaron al gobernador Miguel Ángel Riquelme a inaugurar hospitales que aún se encuentran inconclusos y obras fantasma que consumieron millones de pesos y no trajeron beneficios para la ciudadanía.

Las obras inconclusas y a sobreprecio son el legado que está por dejar la administración del gobernador Miguel Ángel Riquelme Solís, quien está al frente del estado de Coahuila.

Estas construcciones se localizan en diferentes zonas de la entidad y acumulan una serie de irregularidades que inician desde los contratos celebrados, pasan por la opacidad en los millones que se han gastado para erigirlas y se saltan la rendición de cuentas.

El común denominador que presentan estas obras abandonadas en el norte del país son los múltiples retrasos que han tenido, incluso, varias de ellas han sido inauguradas sin estar 100 por ciento concluidas, por lo que operan sin los insumos necesarios y el personal suficiente, lo que ha derivado en la inconformidad de la ciudadanía.

A esto se le suman las observaciones que han realizado diputados locales y la propia Auditoría Superior de la Federación (ASF) sobre los contratos que se celebraron con la iniciativa privada, cuya meta era mejorar la obra pública, el sistema de salud y la movilidad de los habitantes de Coahuila, promesa que está lejos de cumplirse.

Reporte Índigo recorrió tres de los principales proyectos que inició y otros a los que ha dado continuidad la gestión de Miguel Ángel Riquelme en materia de obra pública y movilidad.

Se tratan del Hospital Materno Infantil y el Centro Oncológico, localizados en la ciudad de Saltillo, así como el Metrobús que se prometió para Torreón, el cual sigue sin ver la luz.

Las bolsas presupuestales que se gastaron para estas obras “emblema” para los coahuilenses ascendieron a millones de pesos; sin embargo, hasta la fecha, ninguno de los tres proyectos se ha concretado al cien por ciento.

Es más, dos de ellos enfrentan problemas en su operación y otro está en la congeladora.

El caso más polémico es el Hospital Materno Infantil, el cual fue inaugurado en julio de 2022, pero cuya apertura fue pospuesta durante varios años.

El gobernador Riquelme tomó esta obra como estandarte para mejorar el sistema de salud público en Saltillo y así ofrecer un catálogo más amplio de especialidades para los menores de edad en esta zona del país.

No obstante, a meses de abrir sus puertas de forma oficial, el inmueble luce en el abandono, tiene problemas de mantenimiento y opera muy por debajo del estándar al que se comprometieron las autoridades, pues sus edificios anexos todavía siguen sin funcionar y solo sirven como bodegas para algunos materiales médicos que utilizan los pasantes de medicina y trabajadores.

La fachada de color rosa y morada, por ejemplo, presenta problemas en la pintura. Y la letra M que ostenta el letrero del edificio principal está a punto de caerse.

El costo de dicha construcción fue de aproximadamente 52.7 millones de pesos, de acuerdo con los datos que dio a conocer comunicación social del gobierno el día de su apertura el año pasado.

“No tiene ni un año y las letras del edificio están por desprenderse. El hospital en teoría es nuevo, pero parece que tiene ya varios años de antigüedad”, dice uno de los familiares que acuden al hospital de forma constante.

Por si fuera poco, la edificación de este centro de especialidades para niños de Saltillo enfrenta un deterioro acelerado en varias de sus estructuras a primera vista, esto a pesar de los cuantiosos recursos que se inyectaron para sacar adelante la obra que tuvo demoras en distintos periodos.

Ni siquiera el módulo de seguridad que fue habilitado en la entrada principal se encuentra en operación, pues el pequeño cubículo de cemento permanece en obra negra y es usado como contenedor de basura para las personas que transitan por las calles aledañas.

Al interior del recinto médico la situación no pinta diferente: los baños que se habilitaron no funcionan correctamente y prevalece la mala organización entre los médicos y los familiares, estos últimos pernoctan al exterior del inmueble ante la falta de sillas y espacios para descansar.

“Nos arrinconamos en una de las bardas del hospital para descansar el tiempo que sea necesario.

“Pasamos mucho frío y aunque hemos pedido cobijas nos comentan los de seguridad que no hay suficientes para los familiares de los niños”, afirman padres de familia que montan guardia en la construcción que se levanta en un predio de 37 mil 822 metros cuadrados.

Riquelme y el restaurante Don Artemio

El gobernador de Coahuila tiene una segunda sede de gobierno en la ciudad de Saltillo, desde la que despacha los asuntos de su administración durante la tarde.

El alto funcionario hizo del restaurante Don Artemio su oficina para resolver los compromisos que tiene en la entidad.

Acompañado de sus escoltas y su equipo de trabajo, Riquelme arriba a este restaurante casi todos los días después de las 14:00 horas, para salir hasta altas horas de la noche.

El gobernador es bien recibido en este restaurante de primer nivel, incluso se le destina una sala privada para no ser molestado por los comensales que pudieran reconocerlo.

Este sitio ha ganado popularidad entre la clase política mexicana para cerrar negocios o simplemente reunirse para conversar y procurar acuerdos.

El Metrobús fantasma de Torreón

La ciudad de Torreón tampoco se salva del problema de las obras inconclusas. Ahí se encuentra un Metrobús que jamás existió y por el cual se derrocharon millones de pesos.

Las estaciones se construyeron desde hace años, pero el sistema de movilidad que presumió el gobierno de Riquelme Solís nunca llegó.

Es más, actualmente, estas construcciones han sido vandalizadas, se encuentran en total abandono y hasta son usadas como refugio por personas en situación de calle.

En un recorrido por siete de las estaciones de lo que sería el proyecto de movilidad urbana más importante de la Comarca lagunera, se observa que presentan un severo deterioro en sus instalaciones.

El caso más grave es la Estación Nazas, que se ubica justo en la entrada de Torreón y que tiene derrumbes.

El entronque de esta estación es clave para el proyecto del Metrobús, pues este sitio tiene la función de ser la terminal de los autobuses; sin embargo, solo se encuentra el cascarón de la obra, la cual está repleta de basura y de animales muertos como aves y otras especies.

A unos metros de ahí se localizan las estaciones Juárez y Allende, las cuales también están intervenidas con grafitis y ya enfrentan problemas de corrosión en las secciones de metal.

Los vecinos se mofan cuando se les pregunta por la apertura de este transporte: “Eso nunca va a pasar, es más fácil que aquí deje de hacer calor a que funcione el Metrobús”.

Los comerciantes han aprovechado estos espacios sin usar para depositar su basura, los cuales se encuentran apostados sobre avenidas principales como Boulevard Revolución, además, los vándalos han realizado pintas en paredes y mobiliario que se instaló.

La opacidad

A través de diferentes solicitudes de información en la Plataforma Nacional de Transparencia (PNT) se exigió dar a conocer el proyecto ejecutivo de movilidad a la Dirección de Obras Públicas del gobierno de Coahuila, así como el impacto que tendría. En respuesta, la administración entregó información a medias y confusa.

Desde 2014 la Secretaría de Infraestructura, Desarrollo Urbano y Movilidad reveló que el Proyecto Ejecutivo para el Corredor Exclusivo para el Transporte Metropolitano “Metrobús Laguna” en Torreón, estaría a cargo de la empresa Logit Logística, según detalla el contrato SDRLST-2009035.

A más de siete años de distancia, aún no se sabe con certeza cuál será la participación que tendrá la iniciativa privada y el gobierno estatal para rehabilitar las estaciones que se encuentran en el olvido y subsanar las quejas que existen de los transportistas.

Este sistema de movilidad se descarriló antes de iniciar operaciones. Las estaciones se encuentran vandalizadas y sirve de refugio para personas en situación de calle. Foto: Especial
Este sistema de movilidad se descarriló antes de iniciar operaciones. Las estaciones se encuentran vandalizadas y sirve de refugio para personas en situación de calle. Foto: Especial

Uno de los más férreos críticos de estos ‘elefantes blancos’ que se han levantado en los últimos años es Rodolfo Walss, diputado local, quien confirma a Reporte Índigo que la entidad está plagada de obras sin terminar y que el gobierno actual es un ejemplo del derroche de recursos públicos de Coahuila.

De hecho, califica el proyecto de movilidad en Torreón como el “fraudebús” debido a las diversas inconsistencias que ha registrado desde su anuncio.

“Es una obra con sobreprecio que está plagada de corrupción y que sigue estancada por razones que se desconocen”, precisa.

Para Walss este proyecto ha sido uno de los tantos que han quedado en la congeladora y de las cuales es responsable en su totalidad el gobierno de Miguel Ángel Riquelme.

“Son construcciones que siguen costando millones y no pasa nada. Las licitaciones se han hecho a modo y con cero transparencia. Pasaron ya casi siete años y seguimos sin tener una fecha clara para la apertura de este sistema de movilidad”.

El otro elefante blanco

Otra de las obras que ha destacado por las carencias y abandono que presenta es el Centro Oncológico de Saltillo, ubicado a un costado del Hospital Materno Infantil, el cual también presumió la gestión actual de Coahuila como un proyecto principal.

Con un gasto superior a los 355 millones de pesos, esta estructura de salud se inauguró en 2017.

Desde entonces, no entra en operación directa debido a la falta de insumos y médicos. Al inicio de su gestión, Riquelme retomó el proyecto inconcluso y firmó nuevos convenios federales para finalizar su construcción.

Pero también, al igual que el Hospital Materno Infantil, este centro hospitalario sigue sin poder brindar un servicio de calidad por las diferentes deficiencias que presenta.

Las condiciones en la que se encuentran estos proyectos se debe en gran medida a los procesos de contratación turbios y a la ampliación de plazos sin justificación por las autoridades.

En 2015 se inició la construcción del Centro Oncológico de Saltillo; sin embargo, a casi ocho años de comenzar sus operaciones, el inmueble presenta signos de deterioro y acumula quejas de familiares. Foto: Especial
En 2015 se inició la construcción del Centro Oncológico de Saltillo; sin embargo, a casi ocho años de comenzar sus operaciones, el inmueble presenta signos de deterioro y acumula quejas de familiares. Foto: Especial

La serie de irregularidades llamó la atención de la Auditoría Superior de la Federación, que a la postre realizó distintas observaciones al gobierno estatal, las cuales no han sido atendidas.

Pese a los recursos públicos que se gastaron para el Oncológico, en el edificio se alcanzan a notar zonas con material de construcción y obras a medio terminar, las cuales son custodiadas por algunos elementos de seguridad privada.

Para dimensionar el problema de los atrasos deliberados que tienen estas obras hospitalarias y de movilidad en Coahuila, se solicitó la postura de la Universidad Autónoma de Coahuila (UAdeC), pero debido al periodo vacacional de Semana Santa respondieron que no era viable la solicitud.

En su defensa, el gobernador aseguró a principios de 2023, que la falta de apoyos federales han impedido que se concreten las obras en todo el territorio de Coahuila.

“Nos quisieron ahorcar, pero les salió contraproducente”, atizó Miguel Ángel Riquelme.

Editor

Medio independiente de noticias relacionadas con la Cuarta Transformación de México.

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