Política

Los engaños del «reportaje» de Loret sobre el hijo mayor de AMLO

l viernes se publicó un “reportaje” de LatinUs y de Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) que llevó por nombre “Así vive en Houston el hijo mayor de AMLO (Andrés Manuel López Obrador)”.

A partir de su publicación, distintos medios (entre ellos Aristegui Noticias y Proceso) lo han retomado y decenas de articulistas han hablado de él. La mayoría de los comentadores de los periódicos ha dicho que el “reportaje” demuestra que en el gobierno de AMLO hay corrupción y tráfico de influencias.

A mi modo de ver, el “reportaje” de Latinus y de MCCI es un artículo de opinión con dos o tres datos cuestionables. No es un reportaje. Y muchos menos es una pieza de periodismo de investigación.

Lo que busco hacer en este pequeño texto es demostrar que el “reportaje” señalado es una muy limitada pieza, está llena de imprecisiones, y que no demuestra absolutamente nada relacionado con corrupción o con tráfico de influencias.

Es decir, es un documento que, aunque no miente de forma grotesca, sí establece cuestiones que no se pueden comprobar. Esto provoca que decenas de comentadores en medios y miles de bots en redes sociales hagan elucubraciones que no tienen ninguna base ni ninguna comprobación, y mucho menos ningún sustento en la realidad.

Hay que recordar que quienes realizaron el reportaje (Raúl Olmos, Verónica Ayala y Mario Gutiérrez Vega) se tardaron un año en hacerlo (según confesó Olmos a Carmen Aristegui). Buscar unos contratos que no especifica el “reportaje” y cierta información en redes que no se mencionan ahí, a mí me costó menos de dos horas.

Lo que dice el “reportaje”

Para quien no ha leído el reportaje, estos es lo que dice a grandes rasgos: afirma que José Ramón López Beltrán y su pareja, Carolyn Adams, habitaron en una casa muy lujosa (con alberca) ubicada en un fraccionamiento muy exclusivo de Houston. Indica que dicha casa fue propiedad de Keith L. Schilling, un alto ejecutivo de la compañía energética Baker Hughes. También menciona que actualmente la pareja vive en otra casa lujosa, que es propiedad de Carolyn.

Estos datos los mezcla con los contratos que Baker Hughes tuvo con Petróleos Mexicanos.

Aunque no lo afirma de forma descarada, el “reportaje” supone un conflicto de interés, donde José Ramón supuestamente influyó en que Baker Hughes obtuviera un contrato de Pemex en 2019.

Eso es lo que dice y supone el “reportaje”.

Vamos ahora a desmontarlo.

¿Y cómo saben que vivieron ahí?

¿De qué fechas a qué fechas habitaron Carolyn Adams y José Ramón López Beltrán la primera casa (“la lujosa y con alberca”)?

Según el reportaje de Latinus y MCCI, es “desde la segunda mitad de 2019 y parte de 2020”. Pero, ¿de dónde consiguieron dicho dato?

El “reportaje” indica que la pareja se trasladó a vivir a su nueva residencia en 2021 ¿Dónde vivió la pareja “la otra parte” del 2020? ¿Cómo supieron los reporteros que comenzaron a habitar la vivienda desde 2019? ¿Qué documento lo prueba?

No hay nada claro en ello ¿Fue a partir de imágenes subidas por Carolyn Adams a sus redes sociales? ¿Esa es una fuente confiable para saber de qué fechas a qué fechas habitaron? Todo es especulación.

Quizás el dato lo especularon en la página TruePeopleSearch, que ubica a Carolyn Solano Adams en la casa 1003 Oakshire Ln, en Conroe, Texas (la supuesta “mansión”), en septiembre de 2019, y ahora la ubica en Cypress, Texas.

Pero ¿Cómo obtuvieron las fechas exactas? Quienes realizaron el “reportaje” no pudieron establecer cuándo fue que se mudaron a la casa y cuándo fue que se fueron. Sólo saben que en septiembre de 2019 vivían ahí, y por un dato de una página web que  “cruza” bases de datos diversas.

Tampoco se especifica si la casa fue habitada a través de un alquiler (algo que podría ser muy creíble). No se dice, porque los reporteros no lo saben. Pero eso sí, el reportaje, sin afirmarlo, da a entender que la casa fue habitada unos meses como una especie de “pago de favores” por un contrato que Baker Hughes tuvo con Pemex. Y eso no se demuestra. Y es en realidad poco creíble. Más bien absurdo. Y veremos por qué. Pero antes, veamos eso de “las cifras” de los precios de las casas dadas por el “reportaje”.

Valor comercial o el valor que queremos ponerle

Uno de los elementos que el reportaje indica es el costo de las viviendas. Eso les permite afirmar la opinión de que la vida de José Ramón es opulenta.

Pero veamos. El reportaje afirma que la vivienda que supuestamente comenzaron a habitar en septiembre de 2019 “está ubicada en Oak Estates, la más exclusiva y privada zona del fraccionamiento Jacob Reserve”, y que “se cotiza comercialmente en un millón de dólares” ¿Es esto cierto?

Si uno busca el fraccionamiento, se encuentra, por ejemplo, la página Woodlands Nes Homes, la cual tiene cuatro viviendas en esa zona: ninguna supera el millón de dólares, y varias tienen alberca. Por ejemplo, hay una de 449 mil dólares, que tiene cuatro habitaciones, tres baños y medio, y dos cajones para autos, además de una piscina.

En la página har.comse ubica una vivienda en dicha zona con un valor de 619 mil dólares.

¿De dónde obtuvieron que la residencia que habitaron unos meses Carolyn y José Ramón tenía un valor comercial de un millón de dólares? Quizás fue de la página har.com, que fue la que se supone vendió la residencia el 10 de septiembre de 2020.

Dicha propiedad tuvo un rango de venta de entre 827 y 947 mil dólares, y fue vendida el 10 de septiembre de 2020, un año después de que la pareja, supuestamente, fuera a vivir ahí. Nunca llegó al millón de dólares, pero el “reportaje” presentado por Latinus afirmó eso.

Aunque la misma página afirma que el valor comercial es sólo de 731 mil dólares.

¿Por qué los reporteros de Latinus/MCCI decidieron poner que su valor comercial era de un millón de dólares, y no de 731 mil dólares?

En Oak Estates, las residencias actualmente a la venta no superan el millón de dólares. En la página Remax.com, se encuentran tres en venta. Ninguna de más de 900 mil dólares.

En dicha residencia, el reportaje no menciona el precio catastral de la casa, pero sí lo hace en la nueva vivienda que dice tienen la pareja Adams y López Beltrán.

De dicha casa se afirman que vale 371 mil dólares, pero dice: “es frecuente que la valuación catastral siempre sea inferior al valor comercial o de mercado”, y menciona que en sitios especializados, puede llegar a costar casi un millón de dólares la nueva casa.

¿Así nomás pasan una vivienda de 371 mil dólares a casi un millón de dólares?

Si uno busca en “sitios especializados”, la mayoría de las viviendas en Cypress, Texas con características similares a la de Adams, no superan los 500 mil dólares.

Es decir, la casa propiedad de la esposa de José Ramón, no indica que sea mayor al millón de dólares, y no indica que se haya comprado por un pago de favores o algo parecido.

Así pues, los datos que tienen en el reportaje son engañosos, y se acomodan para causar el mayor revuelo posible.

¿De verdad dan a entender que hubo un conflicto de interés?

En su programa matutino, Carmen Aristegui justificó que el “reportaje” de Raúl Olmos, Verónica Ayala y Mario Gutiérrez Vega tenía valor periodístico porque podía haber un “conflicto de interés” de José Ramón López Beltrán.

Pero, ¿realmente es así?

Veamos.

El supuesto conflicto de interés, afirman, está en que Carolyn Adams y José Ramón vivieron en una casa que era “propiedad” de un alto ejecutivo de la empresa Baker Hughes, Keith L. Schilling, y que esa compañía, obtuvo contratos con Pemex.

Pero, vayamos por pasos ¿Cómo saben los de Latinus/MCCI que dicha casa era de Schilling? No lo dicen. Pero establecen seguramente que ahí vivió Carolyn porque buscaron en el sitio llamado “TruePeopleSearch”, el cual, afirman, “cruza información de distintas bases de datos”.

El reportaje da a entender que el que habitaran en dicha residencia fue un “pago de favores” por un contrato que la empresa Baker Hughes firmó con Pemex en 2019. Es decir, la lógica de ese “conflicto de interés” sería ésta: unas supuestas gestiones de José Ramón con su papá Andrés Manuel habrían posibilitado que Bakaer Hughes tuviera un contrato con Pemex, y como pago, un alto ejecutivo de la compañía les habría prestado su casa para que vivieran ahí unos meses.

¿De verdad esa es la lógica del conflicto de interés? ¿No les parece un pago muy pobre el habitar en una casa unos meses a cambio de un contrato millonario?

No hay lógica porque esa especulación que plantea el reportaje es absurda. Y hay muchos documentos y hechos para demostrarlo.

Primero vayamos al caso del “alto ejecutivo”. Se llama Keith Louis Schilling. Nació en 1972 (tiene 49 años).

Ahora bien, qué cargos tuvo Keith L. Schiling en Baker Hughes: Fue presidente de dicha compañía para Canadá desde 2018 hasta 2019. Antes había sido director de ventas y comercio desde 2017 a 2018. También fue ejecutivo de Tetra Technologies, desde 2014 y hasta octubre de 2016. Antes había sido (de 1995 a 2014) empleado de Schlumberger Limited.

Aquí viene algo importante: Keith dejó Baker Hughes en diciembre de 2019, tres meses después de que la compañía hubiera firmado un contrato con Pemex.

¿Cómo es posible que un ejecutivo que está enfocado en Canadá hubiera influido para que se firmara un contrato en México, y que tres meses después de conseguir un súper contrato, renunciara para trabajar en una nueva compañía?

Es ilógico.

Por cierto, Schiling, pasó de Baker Hughes a Basic Energy Services, Inc en diciembre de 2019. Posteriormente, en octubre de 2021, comenzó a laborar en Aspen Aerogels. Ninguna de dichas empresas ha recibido ningún contrato alguno del gobierno de México. Raro, ¿no?, ya que Schiling era “la pieza clave” en el trafico de influencias, según elucubra el reportaje de Latinus/MCCI.

Ahora bien, lo más cínico del “reportaje” de Latinus/MCCI es que Baker Hughes opera, desde hace más de 60 años, en México, y ha firmado decenas de contratos con Petróleos Mexicanos.

Si uno entra a la Plataforma de Transparencia, encuentra, por ejemplo, un contrato que se firmó el 21 de marzo de 2017, por un máximo de 356 millones de dólares. En esa vez, participaron en la convocatoria siete empresas.

El 15 de marzo de 2018, hay otro contrato, de mil 420 milones de dólares.

El 7 de septiembre de 2018 se firmó otro contrato, de mil 44 millones de dólares como monto máximo.

Baker Hughes también ha perdido convocatorias en el gobierno de AMLO. En mayo 2020, intentó hacerse con un contrato de Pemex, y no ganó.

¿No resulta extraño que una compañía que tiene las gestiones del mismísimo hijo del presidente no haya ganado todas las licitaciones?

El contrato del supuesto “conflicto de interés” y la “corrupción”

En el “reportaje” de Latinus/MCCI, mencionan que el gobierno de AMLO le otorgó a Baker Hughes un contrato, y da a entender que dicho contrato fue por la “influencia” de José Ramón. Ayer, MCCI difundió una página el contrato. Pero hay muchas que no se dice de él, que ocultan.

Veamos la historia del contrato.

La convocatoria se lanzó en enero de 2019, mucho antes de que Carolyne Adams y José Ramón habitaran la “mansión” del “alto ejecutivo” de Baker Hughes. El “alto ejecutivo”, es decir, Keith L. Schilling, por cierto, desde noviembre de 2018 estaba encargado de operaciones de dicha compañía en Canadá. No tenía nada que ver con México.

La convocatoria se publicó el 22 de enero el Diario Oficial de la Federación. Fue pública, pues.

A partir de dicha publicación, ocho compañías se interesaron e hicieron preguntas o plantearon que se les aclararan ciertas dudas. En total realizaron 194 solicitudes de aclaraciones del concurso. Baker Hughes hizo 58, fue la que más realizó.

A partir del 21 de junio de 2019, se llevó a cabo la recepción de propuestas.

Fueron seis compañías las que presentaron propuestas. De esas seis, sólo dos cumplieron: Dowell Schlumberger y Baker Hughes.

Las otras o no cumplían en sus propuestas, o no fueron solventes.

De las dos propuestas, la que resultó más económica y eficiente fue la de Baker Hughes. Se le preguntó a la otra compañía si podía igualar la propuesta de Baker, y dijo que no.

Aquí la cronología de todo el proceso:

Es decir, el único contrato que Baker Hughes ha tenido con el gobierno de AMLO (antes de diciembre de 2018 hubo muchos más) se hizo en una licitación, de forma transparente, en convocatoria pública.

El “reportaje” de Latinus/MCCI especulan sobre un “conflicto de interés”, lo cual es absurdo.

Los documentos de la convocatoria y de las propuestas ahí están, las fechas, todo. Y además, Keith L. Schilling, el supuesto dueño de la casa donde habitaron unos meses Carolyn y José Ramón, era ejecutivo en Canadá, y no en México.

Pero claro, eso no lo dicen ni Carlos Loret de Mola ni Carmen Aristegui ni MCCI. Y al ocultarlo, mienten. Y eso es una completa falta de ética y evidencian la intención golpista del “reportaje”.

El “reportaje” que no dice nada y que especula todo

El “reportaje” que presentó Carlos Loret de Mola y que retomaron Carmen Aristegui y Proceso como si fuera una pieza periodística de gran calado y alcance, en realidad es un conjunto de suposiciones con datos que están acomodados para elucubrar.

El reportaje no demuestra ningún conflicto de interés, y muchos menos un acto de corrupción. Lo único que evidencia (con pruebas no contundentes) es que el hijo de Andrés Manuel López Obrador habitó en algún momento una casa con alberca (que pudo ser alquilada), y que tiene una nueva morada en un suburbio de Houston con un precio no mayor a los 7 millones de pesos.

Eso es lo único que prueba el reportaje.

La plana directiva de Mexicanos contra la Corrupción e Impunidad. Foto: Especial

Lo demás, es como un artículo de opinión donde se afirma que no es viable que el hijo del presidente habite por unos meses una casa en Estados Unidos con alberca.

No demuestra conflicto de interés. No demuestra corrupción. No demuestra nada, absolutamente nada.

Sin embargo, ese “reportaje” (el cual duró un año en realizarse, como lo repitió hasta el hartazgo Carmen Aristegui) ha servido para que se especule, y especialmente para atacar el discurso de austeridad y combate a la corrupción de Andrés Manuel López Obrador.

Y así ha sucedido: la oposición, histérica, busca mostrar que, con el “reportaje” de Latinus/MCCI, se demuestra que “hubo corrupción en el gobierno de AMLO”, que “AMLO es corrupto”, y que la austeridad es un cuento, y que nunca la hubo.

Es, de verdad, absurdo. Tan absurdo que hasta los panistas, muy oportunistas, están peleando para hacer una “comisión” que investigue “si hubo conflicto de interés”.

Ahí están los contratos, y eso evidencia que jamás hubo corrupción ni mucho menos conflicto de interés.

Pero claro, los panistas lo anuncian como si fuera cierto. Un caso patético fue el de Lilly Téllez, quien dijo:

“Mañana propondré en el Senado la creación de una Comisión Especial que analice las posibles conductas delictivas, por parte de José Ramón López Beltrán, hijo del Presidente, y su pareja, por el burdo tráfico de influencias y conflicto de intereses en el escándalo Pemex-Houston”.

Editor

Medio independiente de noticias relacionadas con la Cuarta Transformación de México.

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