Política

El papel de Claudia Sheinbaum en la construcción del Movimiento Regeneración Nacional

Breve recuento de hechos.

(Hilo) 

Si bien las raíces de Morena y el movimiento plural que ha encabezado López Obrador datan de los años ochenta, su punto de inflexión y proyección nacional estriba en la jefatura de Gobierno de AMLO de 2000-2005; especialmente durante el proceso de desafuero. 

El papel que jugó Claudia Sheinbaum fue crucial ahí.

Ella ya contaba con una trayectoria académica y política propia antes de 2000: su militancia en el CEU de la UNAM en los ochenta. Posteriormente, una carrera científica. 

López Obrador la invitó a ser Secretaria de Medio ambiente en la Ciudad de México en 2000.

Ahí fue una funcionaria clave para varios proyectos (entre ellos el Segundo Piso) y en momentos de tensión, como el desafuero, fue relevante en la participación de la resistencia civil. 

Sheinbaum fue notable activista contra el desafuero, junto con otras mujeres como Bertha Maldonado y Elena Poniatowska.

Compaginó bien (como todo el gabinete de AMLO) su trabajo como funcionaria y su derecho a defenderse de la embestida de Fox. 

En 2006, fue vocera de la campaña de AMLO, donde hizo un papel decoroso, al ser pionera en evidenciar los lazos sospechosos de Calderón con el IFE (vía Hildebrando) y dar buena batalla contra buitres mediáticos.

Aquí un recordatorio:

En 2006 -a diferencia de 2012 y 2018- AMLO como candidato no dio a conocer a quiénes serían todos los miembros de su gabinete (sólo señaló a Juan Ramón de la Fuente, J. Pérez Gay y Ebrard).

Sin embargo, era esperable que Sheinbaum fuera parte de su gabinete. 

Durante el fraude de 2006, el papel que desempeñó Sheinbaum fue muy importante, pues se dedicó a ras de suelo a denunciar los crímenes electorales de Fox y Calderón; cuestión para la que aprovechó todo foro, incluida la feria del libro de la Ciudad de México en octubre de 2006. 

En noviembre de 2006, en la construcción del Gobierno Legítimo, ella participó en ese importante espacio de resistencia como Secretaria de Patrimonio Nacional.

Desde esa posición, Sheinbaum sería clave por dos razones: la primera es que dedicó su esfuerzo a ras de suelo en el crecimiento de la militancia del Gobierno Legítimo, que en corto plazo logró afiliación copiosa y se tornaría en un antecedente crucial de Morena. 

Sin embargo, Sheinbaum libró una batalla aún mayor en una tarea fundamental: el combate a la privatización petrolera que pretendió el narcogenocida Calderón en 2008.

Sheinbaum ahí no sólo encabezó a las “Adelitas” de la resistencia pacífica contra el atraco… 

… sino que hizo un papel crucial en en el debate inédito en el Congreso contra esa iniciativa calderonista.

El 27 de abril de 2008, la participación de Sheinbaum en ese debate fue memorable, tanto por su argumentación técnica como por reivindicar al movimiento popular.

Esta lucha contra la reforma del narcogenocida Calderón fue de suma importancia para Morena:

De hecho, de ahí vienen cuatro de los diez preceptos que dan identidad ideológica al movimiento y su vocación soberanista, decálogo aprobado como documento del partido en 2012. 

La raíz ideológica fundamental de Morena se construyó en esa coyuntura de 2008, al asumir la bandera en defensa del patrimonio (herencia cardenista) en contra del modelo desregulado que quería el narcogenocida Calderon. 

Dicho de otro modo: el corazón ideológico de Morena está en su vocación soberanista y de nacionalismo progresista.

Claudia Sheinbaum no sólo ha desarrollado su rol en el movimiento desde esa pista, sino que ha sido protagónica en ella. 

En ese sentido, fue lógico que en 2012 López Obrador propusiera que, en caso de ganar la presencia, nombraría a Claudia Sheinbaum secretaria de Medio Ambiente. 

Luego de la turbia elección de ese año, Sheinbaum trabajó en la construcción de Morena como partido en el proceso de 2012-2014, como corolario a una trayectoria donde ella había sido parte fundamental tanto en el gobierno de AMLO en DF y el movimiento posterior y su ideario. 

Lo que vino después es conocido: Claudia Sheinbaum fue Jefa delegacional en Tlalpan (2015-2018) y Jefa de Gobierno (2018-2023). 

Más allá de analizar su desempeño como funcionaria (sus aciertos, limitaciones y balances) es importante también señalar el crucial rol que ha jugado antes, es decir, cuando el movimiento se debía hacer, sí o sí, a base de esfuerzo y ras de suelo. 

Sheinbaum tiene ahí un aporte notable en la construcción del movimiento que hoy gobierna, tanto por su labor de socialización política, como en su aporte en la arista identitaria de Morena: el soberanismo y la defensa del patrimonio nacional. 

Bienvenidas las críticas y autocríticas al papel que ella va a desempeñar ahora.

Pero negarle, regatearle o menospreciar el importante aporte que ya hizo al movimiento, no es sólo ignorancia, sino mala fe. 

Editor

Medio independiente de noticias relacionadas con la Cuarta Transformación de México.

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