Opinión

Realidad política complicada. Riesgos de la 4T

Por José María González Lara.- En las elecciones federales de 2022, Va x México obtuvo 19.5 millones de votos y Juntos Haremos Historia 21.01 millones, con diferencia sólo de 1.51 millones; falta verificar si en 2024 en su conveniencia el Partido Verde -con 2.67 millones de votos- continúa aliado a Morena o pragmáticamente se une a la derecha; además, no se sabe la decisión de 3.44 millones de electores de partidos que no alcanzaron el registro (PES, Fuerza por México, RSP) y tampoco se sabe si Movimiento Ciudadano se unirá a la coalición clasista. Las cifras no se observan positivas y no será fácil el futuro político para continuar la Cuarta Transformación.

Con el boicot del INE, en la revocación de mandato “Sí continúa” obtuvo 15.16 millones de votos, mientras “No continúa” 1.06 millones, lo cual indica que, con insistentes campañas de desprestigio y difamación, de los 30.3 millones de votos para Andrés Manuel López Obrador en 2018, se infiere que hoy máximo se tendrían 25 millones de éstos, pero el dirigente histórico no estará en la papeleta electoral en las próximas elecciones federales.

La Cuarta Transformación enfrenta retos delicados, porque: los programas sociales no se reflejan en amplia participación política; más de 30 años de educación neoliberal -capacidades y competencia individuales- han impactado a las y los jóvenes, quienes en su mayoría no se interesan o, peor, con temor se oponen a la transformación; se añade poca efectividad en comunicación social del gobierno federal; sin olvidar la problemática al interior de Morena, con organización política y estructura social precarias.

El rechazo burlón y sarcástico a la iniciativa de reforma a la Ley de la Industria Eléctrica no es acto aislado en las estrategias de la derecha para detener el cambio de régimen en México; muchos intereses económicos están en juego y pretenden retornar al “Estado gerencial de libre mercado”, para controlar las decisiones de política económica y el presupuesto federal que favorezcan los espurios negocios de la oligarquía nacional y extranjera.

Este rechazo a la soberanía nacional no fue gratuito y se percibe que uno de los acuerdos de dichos partidos políticos con la oligarquía será excesivo dinero para  campañas electorales actuales y futuras en las entidades, pero sobre todo en las federales legislativas y presidencial del año 2024.

El cambio de régimen no es sencillo, porque la derecha política, académica y mediática se hará de todas las artimañas -incluidos amparos de jueces confeti- para afectar las decisiones del Ejecutivo Federal; arreciarán su odio y burlas como argumentos, sus estrategias la mentira y difamación, porque la sociedad mexicana con sus clases sociales no les interesa más que como votos en “democracia” cupular y de élite.

Convocados y disciplinados por líderes empresariales favorecidos por el régimen neoliberal, el PRIANRD, con candidato único a la presidencia -probablemente priista por negociaciones recientes-, tienen la promesa de respaldo total de medios de comunicación nacionales, regionales y locales, la tolerancia de los magistrados y jueces electorales, el INE a su favor, soporte de intelectuales orgánicos, asimismo apoyo de cámaras empresariales y organizaciones de la sociedad civil. La realidad política es complicada. En el país millones tienen pensamiento conservador.

Con valores y principios de izquierda, con convicción, la lucha por el cambio de régimen debe intensificarse en las familias, en redes sociales, en las calles, en barrios y colonias, en sindicatos, al interior de Partidos Políticos aliados y al interior de Morena, para evitar conflictos y defender un proyecto de nación para las futuras generaciones.

Editor

Medio independiente de noticias relacionadas con la Cuarta Transformación de México.

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