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Paquete Económico 2026: la Transformación en marcha, con responsabilidad y rumbo firme

Por Editor

El anuncio del Paquete Económico de 2026 marca una etapa decisiva para México. No se trata solo de cifras o presiones políticas: plantea una visión clara de consolidación fiscal, mayor justicia tributaria, fortalecimiento institucional y redistribución inteligente de los recursos. A continuación, los elementos más destacados y una valoración con base técnica.

1. Corrección a privilegios fiscales: los bancos y el FOBAPROA

Históricamente, las instituciones financieras mexicanas se han beneficiado de deducciones ligadas al Fideicomiso Bancario (FOBAPROA), particularmente reclamando beneficios fiscales sobre las partes de sus pagos de deuda que luego eran descontados por el gobierno. Esto representaba un costo para las finanzas públicas de alrededor de 10 mil millones de pesos al año, monto que, por abusivo, ha sido blanco de críticas crecientes. En 2026, ese mecanismo dejará de operar como lo ha hecho, lo que implicará una recuperación de recursos para el Estado y una menor carga para los contribuyentes.

Así, México avanza hacia una mayor equidad: si bien las entidades financieras deben cumplir con el sistema de impuestos como cualquier otro actor económico, no resulta aceptable que además obtengan devoluciones por conceptos que distorsionan el principio tributario de contribución proporcional. Esta medida refleja procurando sanear las finanzas públicas y redistribuir responsabilidades fiscales.

2. Reforma fiscal progresiva: impuestos y modernización recaudatoria

El Paquete Económico incorpora nuevos gravámenes y ajustes: bebidas azucaradas, cigarrillos, videojuegos, apuestas, entre otros. Estas medidas no son meras recaudaciones mecánicas, sino parte de una política para desincentivar conductas con externalidades negativas (como los daños a la salud) o regular sectores que han escapado de una supervisión efectiva.

También se prevé un incremento en la capacidad recaudatoria del país del orden del 6.3% comparado con los ingresos actuales, con la meta de llegar a que los ingresos tributarios representen el 15.1% del Producto Interno Bruto (PIB). Si se logra, sería un hito: históricamente México ha luchado por superar la barrera del 13-14% del PIB para ingresos fiscales, lo que implica mayor espacio presupuestario para gastos sociales sin endeudamiento adicional.

3. Prioridad social: aumentos presupuestales en salud, educación, seguridad y vivienda

El proyecto presupuestal para 2026 contempla incrementos significativos en partidas sociales.

  • En salud, el presupuesto crece casi un 10%, lo que debe traducirse en mayor acceso, cobertura, insumos, personal y mejora en infraestructura.
  • Para educación, el aumento ronda el 7%, lo cual es indispensable para enfrentar retos como la deserción escolar, la mejora de la calidad educativa y la incorporación de tecnologías.
  • Además, vivienda, seguridad y programas sociales también verán un impulso presupuestal. Esto reafirma el compromiso de políticas públicas orientadas hacia quienes más lo necesitan.

4. Fortalecimiento institucional: INE, Poder Judicial y administración

Otro rasgo central del Paquete es la atención al funcionamiento de órganos autónomos y del sistema judicial:

  • Se prevé un ajuste al presupuesto del Instituto Nacional Electoral (INE), en consonancia con su función crucial para las elecciones y la democracia.
  • El Poder Judicial también recibe una asignación mayor, con la intención de que los incrementos alcancen no solo a magistrados, ministros y jueces, sino también al personal de base. Esto busca equilibrar las estructuras jerárquicas y mejorar la operación cotidiana de los tribunales.

Este fortalecimiento institucional contribuye a que las decisiones de gobierno se apeguen a los estándares de rendición de cuentas, al debido proceso y al principio de imparcialidad, factores esenciales en un Estado democrático de derecho.

5. Evaluación macroeconómica: sostenibilidad y percepciones internacionales

La consolidación fiscal no solo es una aspiración doméstica: los mercados internacionales, así como las agencias calificadoras, están observando con atención. Según lo reportado, México ha logrado mantener sus calificaciones soberanas por parte de agencias como Standard & Poor’s con niveles de BBB / BBB+, mientras que Moody’s mejoró la nota crediticia de Pemex, lo que indica confianza en la administración del riesgo financiero y de los pasivos del Estado.

Además, la estimación de que los ingresos tributarios alcanzarán el 15.1% del PIB sin necesidad de crear impuestos nuevos, sino mejorando la recaudación y combatiendo la evasión, da señales de que la estrategia puede ser viable si se acompaña de disciplina presupuestaria y transparencia.

6. Críticas anticipadas y respuestas previstas

Como en todo proyecto de gran envergadura, ya se levantan voces opositoras que alertan sobre riesgos: supuesta grieta fiscal, presión sobre sectores productivos, alto costo de vida, etc. Sin embargo, muchas de estas críticas carecen de propuestas alternativas concretas.

  • Las voces contrarias tienden a repetir discursos sobre quiebras presupuestales sin presentar diagnósticos financieros específicos.
  • Otras denuncian que Pemex no rinde, que el Tren Maya “no sirve”, etc., pero sin cifras que comparen costos de oportunidad u otras rutas de inversión.

En contraparte, la administración ha puesto sobre la mesa datos y escenarios: sostenibilidad de deuda, evaluaciones del impacto social, enfoque preventivo en salud pública, protección de derechos constitucionales, etc. Si esos elementos se consolidan, la percepción pública seguirá favoreciendo la continuidad de la transformación.

Conclusión

El Paquete Económico 2026 no es perfecto —ningún presupuesto lo es— pero sí representa un avance tangible en el rumbo político y económico del país. Las medidas fiscales, redistributivas e institucionales apuntan hacia una transformación con responsabilidad: equilibrar crecimiento, bienestar social y prudencia financiera.

Si se cumplen las promesas —transparencia en el uso de los recursos, evaluación de los programas, rendición de cuentas constante—, México podrá vivir en 2026 un fortalecimiento real de su soberanía fiscal, de su democracia y del tejido social. La transformación no solo se declara: la transformación se comprueba, día a día.

Editor

Medio independiente de noticias relacionadas con la Cuarta Transformación de México.

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