Archivo Histórico

Liga Comunista 23 de Septiembre: 50 Años

Rosalio Morales Vargas

Los días 17, 18 y 19 de marzo del 2023 se conmemorará en Guadalajara, Jalisco, la fundación de la
Liga Comunista 23 de septiembre. En un afán de rescate de la memoria se propone realizar un
evento al cual se invita a ex militantes de grupos armados, familiares y luchadores y luchadoras
sociales, trabajadores y trabajadoras, académicos, intelectuales, con el fin de hurgar en ese trozo
de la historia, pero fundamentalmente esclarecerse cuáles son las tareas del futuro inmediato y las
de largo plazo para la izquierda socialista en México.

La LC23S fue una organización político-militar que se dispuso a luchar con las armas en la mano,
para derrocar por la vía de la violencia revolucionaria la opresión de las clases dominantes en el país,
abolir las relaciones capitalistas de producción e instaurar el socialismo en nuestra patria. No se
constriñó a impulsar el activismo sin teoría, sino que reflexionó sobre el carácter del estado, las
fuerzas motrices, los actores principales, los aliados, el enemigo de la revolución; a la vez profundizó
en la cavilación sobre el daño infligido al movimiento por las desviaciones oportunistas pequeñoburguesas y militaristas en el seno de la lucha política.

Desde los albores de la década de los 70’s y tomando en cuenta las condiciones materiales
engendradas por el capitalismo, los incipientes grupos armados que después conformarían la Liga
llegaron a la conclusión de que una revolución de carácter socialista en el país no sólo era necesaria
sino urgente y posible; toda vez que las contradicciones de clase se exacerbaban y de frente al
autoritarismo despótico reinante, los resquicios por la lucha legal estaban cerrados; y recordando
la represión del 68’ y 71’ a los estudiantes en Tlatelolco y Ribera de San Cosme se hacía necesario
bajo esa visión, que junto a la movilización política era menester que se realizara el hostigamiento
y desgaste del aparato policiaco y militar del régimen.

La tarea inmediata, se decía, era la liquidación de la dispersión política, orgánica y teórica del
movimiento y la elevación del proletariado como sujeto político de avanzada, o clase para sí,
creando sus propios instrumentos de lucha: el partido y el ejército revolucionario, a fin de destruir
las fuerzas armadas de la burguesía, apareciendo esta como una de las principales tareas
estratégicas, solo subordinada a la necesidad de transitar de una política dominada a una política
propia, de vanguardia, y pasar de una táctica de colaboracionismo de clase a desatar una ofensiva
histórica para deshacerse en el movimiento de una dirección pequeño burguesa, modificando así
radicalmente la táctica.

Los principales signos de identidad de la Liga acerca de su praxis revolucionaria los encontramos en
dos ensayos llamados “CUESTIONES FUNDAMENTALES DEL MOVIMIENTO REVOLUCIONARIO” o
“LLAMAMIENTO DE LA LC23S AL PROLETARIADO” y “TESIS UNIVERSIDAD-FÁBRICA”, en los cuales,
principalmente el primero, se repiensa sobre la experiencia práctica de la lucha proletaria desde
1956 con las movilizaciones ferrocarrileros, magisteriales, estudiantiles y campesinos, reflexión
donde no son ajenas las profundas ideas de José Revueltas y Raúl Ramos Zavala en torno a la
inexistencia del partido de la clase obrera en México y la enajenación histórica y falta de
independencia del proletariado mexicano, producto del reformismo y del oportunismo y del
charrismo sindical.

La Liga oteó las condiciones objetivas de su tiempo: desarrollo a gran escala de la industria,
concentración de los medios de producción, proletarización acelerada con las oleadas migratorias
del campo a la ciudad, crecientes socialización de la producción, pero apropiación privada de sus
frutos, monopolio del capital financiero, despojo de las condiciones de vida de las y lostrabajadores,
creciente injerencismo en el imperialismo yanqui en la política mexicana. Todo esto, llevaba a la
LC23S a concluir que el proletariado era la fuerza motora principal de la revolución y su dirigente
indiscutido, la convicción de que las contradicciones entre burguesía y proletariado tardarían largo
tiempo en resolverse y serían dirimidas a través de la fuerza, lo que implicaba la aniquilación del
aparato represivo de la burguesía.

Muchas franjas de la población se incorporaron a la Liga: obreros, campesinos, indígenas,
estudiantes, profesores y maestras, normalistas; entre este ultimo segmento podemos mencionar,
aunque no son los únicos, a Miguel Angel Barraza de la Normal de Aguilera, Adolfo Lozano Pérez de
Santa Teresa y Tamatán, Carlos Ceballos de Baja California, Carmen Vargas de Atequiza; pero en
otras organizaciones armadas hubo una gran cantidad de maestros y estudiantes normalistas; lo
que demuestra a las claras, que en diferentes épocas actuaron sectores del magisterio en los
procesos de cambio radical y su involucramiento en las luchas populares, al influjo de su cercanía
con las capas oprimidas de la población.

A pesar de errores y excesos, la memoria de la LC23S debe recobrarse de entre los escombros, los
desatinos y desaciertos, no obscurecen la voluntad y entrega de cientos de mujeres y hombres
dispuestos a luchar y a brindar su vida por una patria emancipada, el despliegue de un torrente
enorme de energía revolucionaria, la actitud combativa con todo y lo desfavorable de la correlación
de fuerzas, las altas dosis de heroísmo desplegadas para cumplir con los acuerdos y tareas asumidas,
los valores individuales y colectivos para encarar militarmente el sojuzgamiento de los opresores.
Todo esto ha de ser sometido a deliberación en el encuentro de Guadalajara de marzo próximo.

La compleja y cambiante realidad obliga a las y los revolucionarios, a quienes aspiramos a cambiar
de raíz este sistema injusto y expoliador a cuestionarnos a fondo con preguntas como las siguientes:
¿Cuáles son los puntos medulares que debe contener nuestra identidad liberadora? ¿De qué
manera potenciamos las posibilidades para construir un escenario favorable para las fuerzas
democráticas del país? ¿Qué hacer para superar los obstáculos que impiden concretar mayores
niveles de unidad y contundencia en la lucha por una nueva sociedad? ¿Cuáles métodos de trabajo
se deben ejercitar para que las masas populares no sean simples objetos, sino sujetos de
transformación? ¿Qué pasos damos para que los liderazgos no adquieran las características del
opresor? ¿Cómo instrumentamos una verdadera pedagogía del oprimido? ¿Cómo hacerle para
pasar del sectarismo reaccionario al radicalismo revolucionario? ¿Qué elementos debemos rescatar
del pasado y cuales superar para la lucha emancipadora?

Estamos ciertos que no podemos quedarnos en la contemplación pasiva del pasado, las grandes
encomiendas políticas y sociales contraídas hace media centuria siguen vigentes; el desarrollo del
capital agudiza el saqueo y el despojo, los mega proyectos depredan los territorios de los pueblos,
los ricos se hacen cada vez más ricos, la propaganda del éxito individual por encima de la
solidaridades comunitarias se recrudece en una ofensiva cultural sin precedentes, la destrucción de
la naturaleza avanza a pasos agigantados, persiste la crisis de feminicidios mientras crecen
exponencialmente. El dominio de la oligarquía financiera debe terminar, so pena de poner en riesgo
a la vida misma y la convivencia civilizada en el planeta.

No hay duda de que para el pensamiento crítico y la práctica emancipatoria hay que reformular con
elementos viejos y nuevos la identidad anticapitalista, antipatriarcal, decolonizadora, democrática,
comunitarista, internacionalista y ecosocialista. La tarea no es nada fácil, pero no queda otra
alternativa a la barbarie.

¡Para que se dispersen las densas sombras de la noche, hay que encender mil auroras libertarias!

Editor

Medio independiente de noticias relacionadas con la Cuarta Transformación de México.

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